Trabajamos año tras año, en nuestro tiempo libre y por el simple hecho de que nos encanta el fútbol, para que los niños y niñas del campestre vengan a O Redondo a disfrutar, a acostumbrarse a hacer actividad física, a conocer gente distinta de la de su entorno habitual y a disfrutar de la competición.
Nos resulta muy difícil llevarlo a cabo pero también intentamos que el ganar los partidos el fin de semana no sea el único y primordial objetivo del club. Somos un club pequeño y somos conscientes de que cuando estos niños o niñas crezcan van a utilizar más lo que hayan aprendido de buenos hábitos, costumbres, control de emociones y socialización que veinte chilenas, dos lambretas y 25 goles metidos.
Nuestra prioridad es y será siempre jugar, disfrutar y que el esfuerzo tenga recompensa independientemente de la calidad técnica de los/as jugadores/as.
Primamos la calidad humana, el saber estar y la competición sana.
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