El equipo femenino B es el reflejo de un cambio social, en un club de fútbol. Con inmensa alegría, recibimos con el tiempo cada vez más niñas en esta categoría y cuando llegan, es para quedarse.
El comienzo de éste equipo fue en la modalidad de fútbol 8 para, a continuación, en la temporada de 2019/20, pasar a fútbol 7 por cambios de normativa por parte de la RFGF. Pero estos cambios no hicieron mella en el equipo, que siguió sumando participantes a medida que pasaban las jornadas.
El actual equipo femenino de fútbol 7 consta en su mayoría de las mismas jugadoras que al inicio de su proyecto y por lo tanto, es un grupo comprometido con el club en sí mismo.
La mayoría de estas niñas son un grupo de edades homogéneas, de los 14 a los 15 años, mezclando así Infantiles de segundo año con Cadetes. Sin embargo, no podemos pasar por alto y no hacer referencia a algunas de las jugadoras, ya adultas, y pioneras de éste equipo, gracias a las cuales se pudo formalizar la plantilla en su inicio y que dieron el impulso al equipo para poder empezar a competir.
Han conseguido sorprender en sus avances tanto a nivel técnico como táctico, mejorar en su rendimiento físico, trabajar cómo equipo e incluso ilusionar a la grada con una copa bajo el brazo, una clasificación en una tanda de penaltis o ganar el primer derbi femenino que ha protagonizado este club.
Lejos de parecer ésta la dinámica habitual en los equipos femeninos de estos años atrás en los que la disparidad de edades era habitual, cabe destacar que dichas jugadoras, no eran jugadoras ya formadas ni que hubieran competido antes, se trata de madres de niños y niñas del club, (algunas incluso han llegado a compartir vestuario conjuntamente). Esto no es más el reflejo de un grupo y un club unido, en el que la palabra familia concede a veces un significado literal a este club.
Se trata de un equipo luchador, orgulloso y trabajador, que pese a distinguirse casi en su totalidad por niñas que nunca habían estado en contacto con el fútbol hasta el primer año y que han tenido que enfrentarse en su mayoría a equipos y niñas ya formadas desde la base, han conseguido sorprender en sus avances tanto a nivel técnico como táctico, mejorar en su rendimiento físico, trabajar cómo equipo e incluso ilusionar a la grada con una copa bajo el brazo, una clasificación en una tanda de penaltis o ganar el primer derbi femenino que ha protagonizado este club.
Pero ninguna hazaña es tan importante como el trabajo diario, la ilusión constante, las ganas de aprender y seguir formando y creciendo en familia.
